martes, marzo 10, 2009

un libro, una muerte, unas cervezas...

1.- Entrego una carta para un concurso, luego adquiero la entrada de los Café Tacvba que por alguna razón la guardé en el libro de Chuck Palahniuk . Coincido con un rockero (sin nombre) el cual terminé bebiendo hasta entrada la noche. Pienso en un anonim@ que deja comentarios en mi blog. Pienso en la muerte de un vecino, en ganarme ese viaje a New York y visitar un sitio al menos parecido a Shortbus y el rockero me sigue hablando de música y una chica con ese perfume –maldita sea- pensé que ya no había rastros pero aún la secuela se mantiene en pie. Un concierto (rock) suspendido. Un entrada adquirida. Un rockero. Un perfume. Una muerte que juega conmigo, con mi estabilidad y todas las demás opciones.

2.- Pero este sábado en la mañana te moriste. Me viste crecer, jugamos y jodimos más de una vez pero tu muerte llegó de coñazo y la sombra que daba vueltas dentro del lavabo me recordaba que nunca dejaste de decirme Titomón y eso siempre te lo agradecí. Soy ese carajito triste, soñador e inseguro que tiene un nombre extraño que trata de borrarlo pero deja aún deja rastros de sucio y lágrimas sobre el papel. La tarea que nunca quise hacer. Las veces que me limpiaba la mejilla llena de lágrimas con la mano y luego borraba la lección y sólo quedaba un hueco tan grande y sucio como la intranquilidad de saber quién demonios soy en estos momentos. Cuando dejaba de cenar y te daba mi arepa, me sentía mal porque estaba engordando y aún lucho con este fantasma del apetito y mi asquerosa forma de amar a “ANA”. Créeme me da miedo engordar pero de nada vale, lo estoy aceptando pero está vez mi cena se la daré a Tsunami (mi perro).

3.- Esto no importa, lo que importa eran esas noches de alcohol y demencia mientras escuchábamos a Los Beatles y tú te perdías por minutos a drogarte y yo esperaba en el sillón y sólo veía un cocuyo, una luz intermitente a lo lejos del pasillo y ese olor a madera quemada. Nunca me ofreciste, ni cuando te sentaba a inhalar perico mientras la salsa mas cabilla bailaba en las paredes de la noche y la brisa nocturna ahuyentaba mis temores. Dartañan, maldita sea te moriste. Ratañan, ni los coñazos que te dieron, ni las pedradas que recibiste, ni los 40 puntos de sutura borran los recuerdos de una calle ignorante. Nunca fuiste un Santo, eras un parasito, un viejo parasito que no hacía sino molestar a tu familia pero de este lado de la acera eras otra persona eras Damián. El sucio que enamoró una puta y la metiste a vivir contigo pero cuando vió donde dormías se fue corriendo- jajajajaja- son cosas que no olvido.

4.- Me voy pues lo recuerdos de alguna u otra manera se están alejando de mi mente y eso es bueno. No quiero tener memoria para recordar todo. Esta es mi dedicatoria mientras termino de beberme la ultima cerveza con este rockero que me habla de personas que nunca ví pero que si escucho.

5.- Ahora te trato de recordar mientras esta camioneta recorre las calles de una Valencia convulsa, no sé cuándo fue la última vez que te ví. Ni siquiera pudieron velarte y no iría a un cementerio a despedirte, hasta ahí no. Me voy con los últimos recuerdos que aún me quedan pero de momento a otro se borraran sin darme cuenta. Pienso en el concurso y trato de leer.

6.- A tu salud porque hoy estoy ebrio y todo somos suicidas de un parasito que comen las palabras y deseos. Todo esto lo pienso mientras la cama da vueltas y sostengo el libro que tiene por marcalibros una entrada que dice:

Martes 10 / Forum de Valencia/ 7:30 pm / Café Tacvba.

Y estoy contento porque escucharé un grupo que supo reinventarse cuando se creyó que estaba perdido y yo quiero reinventarme pero no encuentro mi camino.

T.

2 comentarios:

camdem dijo...

Solo puedo decir que me has atrapado. Impresionante.

Suevia dijo...

Es tan tuya la escencia... aún con los ojos cerrados, leería y me daría cuenta que eres tu.

El camino llega, aunque tu no te percates de ello sino hasta el final.