La fotografía más allá de retratar el alma captura un
lenguaje místico, la entrega del ser a solo pasos de perdurar en el tiempo. Somos
en gran porcentaje, personas que visualmente adquirimos una necesidad de
sobrellevar a cuestas la carencia de nuestro día a día; deambular entre deseos
y ausencias y pasar de lo tangible a intangible. Llegar a casa (una vez más) y
terminar sometidos por la miseria de sentirse amado o derrotado.
Una visión distinta cuando desnudamos el cuerpo y el alma
frente a un obturador, que solo nos ve deseosos de darle vida a un momento que
se pierde entre el abrir y cerrar de un mecanismo inexistente, rutinario y vacío.
El Poeta Pedro Salinas nacido a
finales del siglo XIX supo describir a través de un poema (fragmento) la
necesidad del ser:
“Es que quiero sacar de ti tu mejor tú.
Ese que no te viste y que yo veo,
Nadador por tu fondo, preciosísimo.”
Un ser que se extingue como la llama ante la ausencia de
oxigeno, que se arrebata a golpes con la necesidad de dar calor y encender lo
que le rodea. La fotografía enciende y altera un universo paralelo donde
dejamos ser a otro ser (alter ego) el
que desnuda nuestra conciencia y hábitos prescritos en la memoria. Una vez más me
adentro en la poesía, esa pequeña luz que no deja de titilar en la memoria y
que siempre nos da esperanza a través de las palabras del Poeta Portugués Casimiro de Brito en su poemario Caídas de Amor:
“Arte, si alguno tengo
Es el arte de durar unas cuantas lunas más
(Paciencia, perseverancia y un poco de
locura)
después de mi nacimiento.
El amor es breve pero el fuego no se apaga,
hiberna.”
Es ese amor que nos atrapa, envuelve y dedicamos nuestra vida
a ser feliz, a fotografiar, en vernos retratados en una efímera palabra que envuelve
la consecuencia de una labor perdida en el revelado de nuestras esperanzas.
El presente trabajo de la Fotógrafa Suevia Faro Prada nos
adentra a una concepción distinta de la fotografía erótica quizás un nivel contrario
al erotismo, el cual podría ser un acto amatorio con la soledad. Es decir:
"Estoy aquí a oscuras entre orgasmos y ausencias
Y esta maldita soledad que me desnuda cuando te pienso."
Tal vez sea el lado solitario del erotismo, ese lugar donde
solo converge un cuerpo desnudo, ausente de cariño y esa necesidad de compañía
donde recrea y deja entrever mapas, señales y caminos que pudieran conducirnos
a la felicidad. Esa felicidad que se desdibuja en fotogramas donde el
espectador solo desea ser uno más, aquel que refleja su necesidad de sentirse
amado y ser por un momento el que hace click! a su vida.
HurtadoEcharry.
Bibliografía
DE BRITO Casimiro. CAÍDAS DE
AMOR/QUEDAS DE AMOR. 2006. Colección el Cuervo. Página 11. Valencia - Venezuela
PAZOS Elizabeth. ESCENARIOS
DEL CUERPO, entre excesos y la represión. Editorial Perro y La Rana. 2010. Página
89. Caracas – Venezuela
1 comentario:
Desde el yo desnudo, la presentación ante el espejo del yo vestido, las cicatrices, imperfecciones y perfecciones siempre amadas y odiadas por la intimidad, y eso que el odio siempre sea amor, de las manos como parte del refugio, con los ojos como amantes del vicio narcisista de aceptarnos.
Saludos
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