miércoles, enero 26, 2011

FLAMENGO


A Andreina Ochoa.


Y decidiste abrir tu pecho
flamengos sobrevuelan tu alma.

Olvidaste mirar hacia arriba
y como buena amante vuelve a reescribir
sobre la médula de sus acentos.

Tu luz forma parte de un todo,

el plumaje cae sobre el piso y
hundes tu cabeza alzando vuelo.

A muestras los ojos de la noche
el cielo toma forma de amanecer.

Esa pequeña lámpara de aceite
ahuyenta el ave de paso que pide agua
para la montaña
y silencio para el animal.

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