
Te recuerdo, mi mirada desorbitaba por el estrabismo de tus ojos verdes o tal vez rayados por el aquamarín del mar. Jamás me acerque a ti, temía que tu desenfado emocional perturbara el silencio de tus manos, y que tal vez se divisara por momentos. Pero estabas tan locamente sexy con esa falda, que perdí el control y discurso de mis palabras. Me levante 1, 2 o 3 veces para tocarte el hombro y sentir el flagelo de tu mirada como buscando interrogantes, pero soy un autistas ante mis depresiones. Entonces preferí quedarme a lo lejos extrañando el perfume que emanaba de tus hombros. Quise y me quede sentado cuando fuiste corriendo al escenario llevando de la mano a tu compañero de trabajo.
Esa carrera fue una de las mas excitantes de la noche, pero me levanté de mi asiento y me fui. No soporto la tortura de verte corriendo así que apague la Tv y fui a escribirle estas palabras a Edith Piaff mientras leía a Milan Kundera y su Libro de los Amores Ridículos.
Gracias Gisele por esos 3 minutos que duraste en pantalla, corriendo tal cual niña feliz llegando por primera vez al parque. Sentí que eras lolita desafiando a su madre con esa actitud de psicodelia.
3 comentarios:
Hey, disculpa que no haya visitado antes tu blog, pero es que estaba ocupado.
Gracias por los comentarios que me dejaste. Agregué tu blog a mi lista de favoritos, me gusta mucho el tono dark del mismo.
Saludos.
John Manuel Silva
yo sentia lo mismo por gabriel jojo
Bueno, ahora mismo le diré a Gisele que lea esto. Le gustará. Y finalmente nosotros nos encontramos por aquí.
Un abrazo y gracias por tus palabras.
Todo estará bien, creo.
Melissa
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